InicioBlogIluminar correctamente un escritorio o zona de trabajo
Volver
Iluminación Interior

Iluminar correctamente un escritorio o zona de trabajo

17 Ago 2022 // by Laia Canalejo

Cuando trabajamos, ya sea leyendo, en el ordenador o montando piezas, necesitamos que nuestros ojos reciban la luz necesaria para poder realizar estas labores sin necesidad de forzar la vista.  Para ello, es necesario que preparemos nuestra área de trabajo para encarar la vuelta al cole y al trabajo.

 

Y es que la iluminación es clave para poder concentrarnos, establecer una buena dinámica y aprovechar al máximo los recursos que tenemos. A continuación te traemos los mejores consejos de para iluminar tu escritorio de la mano del equipo de proyectos de Faro Barcelona. 

 

¡Descarga el Manual de Iluminación Profesional para asegurar el éxito de todos  tus proyectos!

 

 
 
 
 
 
Ver esta publicación en Instagram
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Una publicación compartida por Faro Barcelona (@faro_barcelona)

 

1. La mesa al lado de la luz natural

 

En proyectos de iluminación, la luz natural debe aprovecharse siempre que sea posible. No obstante, la disposición de los elementos con respecto a la fuente de luz natural es de mucha importancia.

 

Busca la ventana en la habitación dónde trabajarás y coloca tu mesa allí. Es importante que esta quede de lado de la ventana, siempre evitando colocarla de frente, o de espaldas.

De esta forma logramos que la distribución de luz sea lo más uniforme posible sobre los espacios de trabajo.

 

2. Colócate según la mano dominante

Para aprovechar la luz natural, deberás colocarte en el lado opuesto a tu mano dominante. Así lograrás no hacer sombras al escribir, dibujar o teclear en la superficie de trabajo

 

3. Evita contrastes y deslumbramientos

Cuando proyectamos la iluminación dentro de un escritorio o despacho, uno de los factores más importantes que debemos tener en cuenta es la uniformidad. Los cambios bruscos de iluminación, y los claros oscuros, hacen que los ojos trabajen de forma incorrecta, generando cansancio y fatiga visual.

 

En este sentido, cuando uses luz artificial, ten en cuenta que esta se proyecte de manera uniforme por todo el espacio. No es buena idea, por ejemplo, que en un espacio oscuro solo utilices un flexo encima del escritorio. Este mal contraste hará que fuerces más los ojos y te cueste concentrarte.

 

New call-to-action

 

4. Combina una lámpara de mesa regulable con la luz general para crear uniformidad

Para conseguir esta uniformidad, lo ideal son las luminarias de luz general, como por ejemplo las luminarias lineales de luz continua, una de las mejores y más sencillas formas de repartir la luz por toda la oficina.

 

Estos lineales son sistemas de iluminación muy versátiles, fáciles de instalar, y con rendimientos lumínicos adecuados para una superficie de trabajo. Además, están disponibles con difusores prismáticos, los cuales son muy recomendables porque nos ayudan a evitar el deslumbramiento, sobre todo en las pantallas de los ordenadores.

 

Junto a esta luminaria, te recomendamos que busques una lámpara de sobremesa que sirva de apoyo, y que ayude a unificar la luz general de la habitación. Ideal que esta permita regular la intensidad y la temperatura de la luz y mover el cabezal según tu necesidad.

 

Recordad colocarla de tal manera que no proyecte sombras sobre vuestro espacio de lectura, es decir, si eres diestro, colocarlo en el lado izquierdo y si eres zurdo en el lado contrario.

 

Otra de las ventajas de usar este tipo de luminarias es que cuando se trabaja con ordenadores es mejor que la luz no se proyecte directamente sobre la pantalla, sino que incida en el teclado y se disperse. Un buen flexo debe tener varias posiciones y dar una luz blanca natural para que vuestros ojos no tengan que hacer un sobreesfuerzo a la hora de leer o usar el ordenador. Las lámparas con luz LED son eficientes y la fuente lumínica no se calienta en exceso, lo que nos ayuda a mantener la concentración más tiempo y nos permite ahorrar energía ya que su consumo es menor

 

5. Temperatura de 4000K 

La luz tiene tres temperaturas básicas: blanca, neutra y cálida. La luz  fría o luz blanca, de unos 4.000K es apropiada para los ambientes donde se requiere poner atención, como en el caso del estudio, la lectura o coser, por ejemplo.  En ningún caso, recomendamos que la luz sea excesivamente brillante ni muy blanca (6000K)

 

 

Lo que debemos evitar en espacios de trabajo son las tonalidades cálidas, que son muy utilizadas para la decoración, y oscilan entre los 2200º K y 3000º K. Aunque las mismas sí pueden ser utilizadas en otras estancias del espacio laboral, para recrear un ambiente más cómodo y relajado, ideal para los descansos.

 

 

6. CRI superior a 80

Otro aspecto para tener en cuenta es el índice de Reproducción cromático (CRI), que  nos indica la capacidad que tiene una luminaria de reproducir los colores de los objetos de la misma forma que si la luz natural estuviese incidiendo sobre ellos.

Para iluminar un espacio de trabajo donde los usuarios pasan 8 horas al día delante de un ordenador, hay que tener en cuenta el CRI, que se mide en una escala de 0 a 10, esté por encima de 80. Y es que luna cifra inferior a esta tiende a considerarse como luminaria de “mala calidad”. 

 

 

  

Importancia de la iluminación en los espacios de trabajo

 

Una mejora en el rendimiento lumínico se transforma en una mejora de la productividad; es por ese motivo que nuestra área de trabajo debe contar con la luz apropiada para nosotros y para hacer frente a la actividad que vayamos a realizar. También está demostrado que una luz adecuada en el entorno laboral nos puede ayudar a la hora de planificar las tareas y ser más entusiastas a la hora de realizarlas.

 

Todos estos motivos hacen que la iluminación de escritorios y mesas de trabajo sea un tema importante, una puesta a punto para empezar este septiembre con buen pie. La iluminación general debe ser uniforme y dotar de luz a toda la habitación sin que haya zonas más oscuras que otras, ni espacios en penumbra. Una buena opción son los empotrables o plafones que nos permiten tener una luz cenital que se distribuya por la estancia. 

 

En definitiva, la calidad de la iluminación debe ser elevada para garantizar un rendimiento visual suficiente. Además, debemos tener en cuenta que la edad también influye en la necesidad lumínica. Conforme nos vamos haciendo mayores, la transmitancia (porcentaje de luz que pasa a través de una lente) del cristalino se va deteriorando y eso provoca que necesitemos más luz que antes para realizar una tarea.  

 

New call-to-action